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El Frailejón: Un abuelito protector de los páramos
Recorrer los páramos de los Andes venezolanos, permite disfrutar del turismo ecológico
Cuando muchas personas les nombran la palabra “páramo” se imaginan inmediatamente ir a Mérida, recorrer sus nieves eternas, las famosas 5 águilas blancas, comer truchas, dulces y las sabrosas pizcas.
Sucede que cuando se viaja a Los Andes, que corresponde Mérida, Táchira y Trujillo, y conocer su Páramo. Siempre se cree que al sentir una cierta cantidad insoportable de “frío” es que estamos en el Páramo, y no es así.
Se sabe, que se está en el páramo, porque la vegetación cambia por completo, y en vez, de observar árboles verdes y frondosos, el suelo se encuentra protegido por un manto grisáceo producido por los frailejones, musgos y líquenes, estos últimos diminutos y tan frágiles que habitan a partir de los 2.800 hasta 4.400 metros sobre el nivel del mar.
Por eso, es notorio cuando se visita lugares como la Laguna de Mucubají, La Culata, el Páramo de Los Conejos, Los Nevados, Gaviria o Gavidia. Se pueden ver estas plantas, pero especialmente para el mes de octubre, un manto amarillo rodea las montañas, es el florecimiento de los Frailejones de octubre.
Su origen
Según Luis Daniel Llambí, explica que existen evidencias que el Frailejón se originó en Venezuela, llegando a emigrar a Colombia y norte del Ecuador. Habita desde hace aproximadamente tres millones de años en nuestro planeta.
Su nombre científico del género de las “Espelitia”, vulgarmente es conocido como frailejón. Llamado así, porque según cuando aumenta la neblina en los Páramos y estos son enormes, la silueta que muestra es como la de un fraile rezando.
Cierto, o no, esta creencia del fraile y la semejanza del frailejón, lo que pocos conocen es que en los Andes de Venezuela, se encuentran más de 63 especies, mientras que en Colombia alrededor de 60.
Los abuelitos de los Páramos
Sabías que estas plantas, aparte de ser frágiles, y tener una gran variedad. Tienen un proceso lento de crecimiento. Según el especialista Luis Daniel Llambí, cada frailejón tarda en crecer un centímetro por año, alcanzando una altura de dos a tres metros. Esto significa que pueden tener unos 200 a 300 años, por eso son considerados los “abuelitos del Páramo”.
Así que, cada vez que alguien destruye una de estas especies de asombrosa altura. Está matando, a ese protector y vigilante, que quizás observó a Bolívar en su paso por Los Andes, o a los Indios Timoto-Cuicas en sus asentamientos.
Como un protector o guardián
Pocos saben el impacto ecológico que causa, al arrancar las hojas de los Frailejones, pues una vez que lo hacen, es difícil que éste se vuelva recuperar, y mucho menos al ser derrumbados esos abuelitos de 3 metros. Son tan importantes, que tienen dentro de ellos un ecosistema que permite el equilibrio de la vida y hábitat en el Páramo.
Son protectores, porque su función es evitar la erosión en los Páramos, permite la absorción de la humedad, y la protección de la nacientes de ríos y lagunas de origen glaciar, y por supuesto, evitando el impacto del calentamiento global.
Ayuda a protegerlos
Si, algo caracteriza el buen turismo ecológico, es ayudar a preservar el ecosistema. Es por eso, que desde nuestro portal Tierra De Gracia, ¡te invitamos a observarlos, y al mismo tiempo protegerlos!
Recuerda cuando visites las famosas Lagunas de Mérida, o los Andes de Venezuela. En vez de arrancar las hojas de los frailejones, admira su belleza, promueve la protección y resguardo de los mismos.
¡Juntos seremos un buen turista ecológico!
Cindy Puentes/@PuentesCindy
Corresponsal Tierra de Gracia Región Andina