Nuestras Raíces
La Virgen del Valle y la devoción de todo un pueblo
Cada 8 de septiembre las calles se visten de fiesta, con bambalinas multicolores se le anuncia a los lugareños y visitantes que la celebración de La Virgen del Valle ha comenzado.
Desde el 31 de Agosto se da inicio a la novena en honor a la patrona de los pescadores. Los diferentes templos del oriente venezolano y en especial, la Basílica Menor de la Virgen del Valle, en Margarita recibe a miles de feligreses que acuden a pagar promesas o solicitar algún milagro.
La imagen de la Virgen del Valle es bajada de su trono para estar más cerca de sus devotos quienes acuden con flores, velas y obsequios para pagar un favor concedido o solicitar un milagro.
En la isla de Margarita también se exhiben obras de arte, inspiradas en la madre de Dios y el museo abre sus puertas para mostrar las ofrendas y vestidos que han sido regalados a la virgen por sus devotos.
Un pescador que vivió para contarlo
Una de las comunidades con mayor fervor hacia la Virgen del Valle en el estado Anzoátegui es la Aldea de Pescadores en la ciudad de Puerto La Cruz. Los inicios de este fervor señalan a Espíritu Santos Hernández como el propulsor de esta tradición.
Cuentan los vecinos y los hijos de este pescador, que un día el fue de paseo con su familia en bote, la marea se embraveció de repente y las altas olas casi lo hacen naufragar. En ese momento de peligro él le prometió a la virgen del valle que si lo llevaba hasta la orilla sano y salvo el tallaría su imagen en madera. Desde hace tres décadas la familia Hernández ha pagado esa promesa.
Unión vecinal
En Lechería, la comunidad se reúne para organizar las festividades. Cada prenda que luce la imagen de la patrona oriental, ha sido donada por la feligresía en acción de gracia. Muchos de estos obsequios han sido otorgados en su mayoría por la sanación de un feligrés o un ser querido.
Procesión por el mar
En muchas comunidades de Anzoátegui, los devotos adornan sus casas, y con cánticos marianos y tonadas de Galerones le rinden homenaje a la reina del Mar.
Los intérpretes improvisan letras relatando historias de sus milagros y citando la devoción que le profesa el pueblo oriental.
Hilda Salazar, habitante del casco central de Lechería, le ha confeccionado los vestidos por más de 20 años.
Ella relató que nunca ha sido costurera pero dio sus primeros pasos para elaborarle un vestido a la Virgen del Valle cuando apenas era una jovencita.
Hoy día es reconocida en todo el estado por la destreza y la creatividad que tiene para diseñarle los pequeños trajes.
Muchas de sus creaciones han sido ofrecidas por otros devotos luego de haber recibido un milagro de parte de la Virgen.
Texto: Mailín Ávila
